El césped natural se cultiva y mantiene específicamente para su uso en campos deportivos. Se compone de una combinación de gramíneas seleccionadas por su durabilidad, resistencia al desgaste y capacidad para recuperarse rápidamente de los daños.
A la hora de probar el césped natural se tienen en cuenta varios factores, como su calidad general, su resistencia y su capacidad para soportar los rigores del juego. Algunas pruebas comunes incluyen la resistencia al desgaste y el rendimiento en diferentes condiciones. Otras pruebas incluyen la densidad, la dureza de la superficie y la presencia de contaminantes u otras sustancias.
La instalación de césped deportivo natural suele implicar la preparación del terreno para crear una superficie lisa y nivelada, seguida de la instalación de un sistema de drenaje y una capa de tierra vegetal. A continuación, se siembra el suelo y se riega abundantemente. En este punto fertilizantes para proporcionar al césped los nutrientes adecuados. El mantenimiento es fundamental para conservar el césped natural en buenas condiciones. Un mantenimiento deficiente puede provocar fallos en la superficie, condiciones de juego inseguras o plagas y enfermedades.
Los agrónomos deportivos utilizan diversas técnicas y pruebas para evaluar el césped. Se recogen y analizan muestras del suelo para evaluar una amplia gama de factores, como la calidad del césped, el rendimiento, el riego y el drenaje. Las pruebas incluyen factores como el color, la tolerancia al desgaste, la distribución, la densidad y la salud general.
Los agrónomos deportivos tienen acceso a equipos especiales diseñados para proporcionar las evaluaciones más precisas y fiables.
